EL SELLO DE SANTI
Año 1989. Un profesor de Matemáticas de una escuela de Magisterio, en su primer día de clase y tras quedarse en blanco, exclama:
—¡No sé a qué he venido aquí!
Pasado el primer trago y estando en una lectura de El Principito aparece Isthar, la Guardiana del Aula, y le transmite algunas claves para el posterior encuentro entre los grupos de Ciencias y Humanas. Transcurre el primer trimestre en la negación, hasta llegar, en el filo de la navaja, al primer «Sí». En el segundo trimestre surge la necesidad de observar y aprender. En el tercer trimestre se quiere plasmar un proyecto: ¡Se manda un hombre, una mujer y un pingüino a la Luna! Y se hallan Referencias en el Magisterio, tanto de las Matemáticas como de otras disciplinas. Con la mochila repleta el profesor vuelve a Galapagar, en donde cree estar perdido en el Juego de la Oca. Galapagar, pasar y callar.