Esta vez, os traemos una reseña de la novela Galatxo. El tesoro del río de nuestro autor, Joan Ribas.
Nuevamente, nuestra compañera María Loreto Navarro, en su blog Negro sobre Blanco, ha dejado una reseña que dejan muchas ganas de leer el libro. Tampoco hemos querido modificar ni una sola de sus palabras y, creemos, merece mucho la pena su opinión.
Es una novela que se lee rápido, por la fluidez de los acontecimientos, incluidos los que corresponden a hechos de la historia real en tiempos de la Guerra Civil y que el autor ha desgranado, como señalé anteriormente, de manera brillante y sin convertir una novela de aventuras en un tratado de historia.
Hace bastante tiempo que leí este libro, muy poco después de comenzar a trabajar para el autor de esta obra, sobre todo, porque me llamó mucho la atención, saber que entre los personajes figuraba un cura muy peculiar y por otro lado, un cartero y que entre los dos, daban vida a una novela que no había pérdida ninguna.
Cuando otros lectores hacen que tenga curiosidad por leer un libro, no queda más remedio que rendirse y leerlo. Independientemente de que el autor siga siendo mi cliente y que por tanto, se pueda pensar que cumplo con parte de mi trabajo, nada más alejado de la realidad. Por no contraer compromisos que luego no pueda cumplir, no leo nada más que lo que yo mismo escojo, salvo contadas excepciones entre las cuales, no suelen estar mis clientes.
El libro del que intento ocuparme en este comentario, me sorprendió muchísimo, tanto por estos personajes tan peculiares, como por el desarrollo de la trama, en la que el autor va contándonos, a veces, en las voces de los protagonistas y otras, como narrador omnisciente.
La historia comienza con el asesinato de un pastor, cuya pareja necesita saber qué le ocurrió realmente y cuáles fueron las causas de su muerte, una mujer que no cree en nada y a la que solo le interesa saber los verdaderos hechos que le arrebataron a su amor. Las investigaciones del caso, no concluyeron que este hombre fuera asesinado, sino que su muerte fue ahogamiento y, aunque ella se empeñó en que siguieran adelante, el caso fue finalmente cerrado.
Para esta investigación y por circunstancias muy especiales, será elegido un cura, el Padre Tilín y éste le pedirá a Iván, el cartero, que le ayude. De este modo, se trasladarán a la Ribera del Duero, con el propósito de descubrir quién mato al pastor y dar, por fin, tranquilidad a Marta García Cruz.
Como decía al principio, me han parecido dos personajes, tremendamente, dispares y sin embargo, especialmente amalgamados que, cada uno con su carácter y su forma de enfrentar los problemas, logran ir tirando de los hilos que les permitirá saber qué pasó. Todo esto mezclado con las propias investigaciones en medio de un paisaje atractivo y conmovedor.
El río Ebro, también, tendrá muchas cosas que contarnos. En 1938 Franco prepara lo que él consideraba la batalla final, ya tenían Valencia y le quedaba Barcelona. El autor nos explica con una trama paralela en la que la novela agrega tintes históricos reales de los que poco o nada se sabe, dando una explicación brillante a lo que ocurrió en este punto geográfico.
Con todo lo señalado anteriormente, no solo me han gustado sus personajes, sino que también el desarrollo de la trama. Tanto el padre Tilín como Iván, por la sencillez que les caracteriza a ambos, irán despejando cada interrogante que te surja durante la lectura con puntos en los que me reí con ganas y otras en las que el corazón se me encogía.
Es una novela que se lee rápido, por la fluidez de los acontecimientos, incluidos los que corresponden a hechos de la historia real en tiempos de la Guerra Civil y que el autor ha desgranado, como señalé anteriormente, de manera brillante y sin convertir una novela de aventuras en un tratado de historia.
Tuve la suerte, cuando estudiaba en el colegio, de tener una profesora de historia que nos relataba las batallas, incluidas las fechas, de una manera tan didáctica, que hoy en día la sigo recordando, precisamente por eso, por no convertir las clases en un aburrimiento y encima, dejarnos con deseos de oírla en la siguiente. Lo mismo ha hecho Joan Ribas, contarnos esos hechos como parte del mismo argumento y dejando, en cada página leída, los deseos de saber qué iba a pasar con un camión, con un tesoro encontrado y con los protagonistas del mismo.
Una trama que se va tejiendo en unos parajes de ensueño en que la maldad y la avaricia no pueden faltar y en la que el cura y el cartero terminan su trepidante investigación de manera espectacular y dejando al lector, con deseos de volver a encontrarlos en otra historia.
Nuevamente, Avant Editorial, acertó con la publicación de esta novela no tan solo por la calidad de la misma, sino que también por marcar una gran diferencia entre otros libros del mismo género. Por mi parte, seguiré de cerca a Joan Ribas porque estoy convencida de que tiene muchas que contarnos a través de estos mismos personajes o de otros que creen su imaginación porque ha logrado, sin arrugarse, que sean tan normales como tú o como yo y que, perfectamente, los podríamos encontrar en cualquier pueblo de España o del mundo.
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