Existe una sinvergüenza que se atreve a acusarnos en una página web (en realidad tres). Aprovechándose del anonimato de internet, la señora o señor Claudia Antonelli
Creamos Avant editorial en 2015 con el objetivo de ayudar a que todos los autores, más conocidos o menos conocidos, pudieran contar con la oportunidad de ver sus libros en librerías, que sus libros llegaran allá donde un lector los requiriera. No ha sido fácil. Pero en estos casi nueve años hemos logrado publicar más de 900 títulos, 900 autores a los que hemos ayudado. No todos estarán contentos. Es normal. Habrá quienes vendieron pocos ejemplares y culpen a la editorial por ello, habrá quienes hayan vendido más, pero siempre sean menos de lo que ellos consideran debían vender, y también podrían culpar o no a la editorial. Habrá quienes estén satisfechos. No es posible contentar a todos. Y eso lo admitimos.
Lo que no admitimos ni aceptamos de ninguna manera es que hayamos engañado a ni una sola persona que ha pasado o está pasando ahora mismo por cualquier proceso de edición de esta editorial. Algunos habrán vendido muchos, otros menos. Eso es indiscutible. Pero jamás engañamos a nadie. Ni con nuestro concurso, con el que llevamos trabajando cinco ediciones, ni en el día a día de nuestra editorial.
Pues bien, existe una sinvergüenza que se atreve a acusarnos en una página web (en realidad tres). Aprovechándose del anonimato de internet, la señora o señor Claudia Antonelli se dedica a acosar con su látigo a las editoriales que ella llama fantasmas. Dice que su propósito es denunciar a las editoriales que ella no considera que actúan correctamente. Sin embargo, el verdadero motivo no es otro que captar clientes entre los incautos autores. En las tres páginas de esta señora
https://editorialesopiniones.blogspot.com/2022/12/avant-editorial-opiniones.html
https://felador.blogspot.com/2021/07/editoriales-sospechosas-y-falsas.html
https://editorialesopiniones.wordpress.com/2023/09/26/opiniones-editorial-avant/
bien a las claras aparece, una vez escrita la crítica, un banner con un anuncio de maquetación, corrección de textos e impresión de ejemplares, y otro banner ofreciendo traducciones de inglés a español y viceversa. Esta sinvergüenza se aprovecha de las editoriales que pagan impuestos, contratan a personal y ayudan a autores, para vender su trabajo.
La autodenominada la castigadora no es otra cosa que un ser abyecto que trata de ganarse la vida engañando a otras personas a costa del prestigio de empresas, grandes, medianas o pequeñas. Y tiene la poca vergüenza de poner su paypal literarica@gmail.com y su cuenta de Western Union (Claudia Antonelli de California USA) para que las personas que acudan a su página le hagan donaciones.
Gana dinero con esas donaciones y con los servicios editoriales que ofrece. Eso sí, a precios de risa. Total es ella sola la que vive de esto, y no paga impuestos. Por una publicación cobra 600 euros. Y está demostrado porque tenemos correos de ella a un colaborador nuestro donde le ofrece los servicios por ese precio.
Y todo empezó por el certamen que iniciamos para premiar a novelistas y poetas. Ofrecíamos, y ofrecemos, 500 euros a los dos ganadores, una cantidad que la tal Claudia Antonelli denominada lastimosa en su artículo sobre Avant Editorial opiniones. Decía que el concurso no tiene otra finalidad que acopiar direcciones de email para enredarlos en una artimaña lisonjera. Pues bien, en estas cinco ediciones, todos los ganadores han recibido su premio y han visto publicadas sus obras, y recibidos sus ejemplares. Y muchos otros autores que han pasado por cualquiera de las ediciones, y que merecían ser publicados, han visto también sus obras editadas. Vistas físicamente, en las manos.
Nos podrán decir que somos pequeños, que nuestros libros están en más o menos librerías, que hacemos más o menos publicidad… todo el mundo quiere más, como es normal, y nosotros hacemos todo lo que podemos por llevar a los autores lo más lejos posible, otra cosa es conseguirlo. Pero lo que no podrán es acusarnos de engañar a nadie.
Esta señora o señor (y digo señor porque tengo el nombre de una persona que podría ser él o alguien muy cercano) criticó nuestro concurso en su primera edición, y cuando nos pusimos en contacto con ella por mail y le dijimos que éramos una editorial seria y que corregíamos nuestras obras y que siempre necesitábamos correctores, etc… en seguida estuvo dispuesta a borrar el artículo. Eso sí, al oir que buscábamos correctores, evidentemente se ofreció. Y como vimos que no era más que una vil extorsionadora, no le enviamos trabajo alguno. ¿Qué ocurrió? Que cuando volvió a tener oportunidad, sacó adelante otro artículo, más dañino aún, y desde entonces no ha parado.
Se ha inventado comentarios y opiniones dañinas. Y, por supuesto, no admite comentarios que vayan en contra de lo que ella misma escribe. Tiene la desfachatez de indicar literalmente: «Si quieres hacer un comentario, conviene que sepas que este lugar no está para controversias y que, consecuentemente, tu comentario no será aprobado, a menos que este confirme lo que queda escrito en los artículos.» Es decir, si lo que comentas no confirma lo que ella indica en el artículo, simplemente no lo publica.
Además, tiene la poca vergüenza de ofrecerse después de cada uno de sus artículos para consultas sobre contratos editoriales. Previo pago, por supuesto. Y también se ofrece para corregir manuscritos con sus tarifas correspondientes. Lo dicho, una sinvergüenza la tal Antonelli.
Dice: «Si buscas una «editorial real», conviene que sepas que una «editorial real» no exige a los autores tales condiciones, no pide dinero por «servicios editoriales», no les obliga a que vendan cierta cantidad mínima de ejemplares a familiares y amigos, no los enreda en «crowdfunding» ni en preventas».
Pero ella sí ofrece tarifas de corrección, maquetación e impresión de libros. Tendrá poca vergüenza esta señora Claudia Antonelli
Ella ha insertado en el artículo correos e imágenes varias. Nosotros también las tenemos, y lo haremos más adelante si lo vemos oportuno. De hecho, como dije, contamos con el facebook de uno de sus colaboradores, con nombres y apellidos. Al parecer en este caso reales. Y los correos que nos cruzamos con ella cuando se ofreció a borrar su primer artículo, así como los correos que cruzó con un colaborador de la editorial que se hizo pasar por un autor para que ella le corrigiese su trabajo. Pésimo.
Y trataremos de denunciar en los lugares correspondientes a esta Claudia Antonelli. Una tipa que no sabe buscar trabajo de otra manera que dañando a los demás deliberadamente.
Y lo haremos no por nuestro prestigio, sino por el de nuestros autores, por esos cerca de 900 autores que sí confiaron en nosotros y siguen confiando cada día en librerías, en las cuatro ferias en las que estamos presentes cada año, en las decenas de presentaciones que se realizan cada año. Lo haremos porque ellos se merecen nuestro apoyo y nuestro trabajo.
¡Tened cuidado, autores! Esta mujer os trata de engañar.