Si no podéis disfrutar leyendo un libro repetidas veces, de nada sirve leerlo ni una sola vez. Oscar Wilde
Comenzamos 2021 con una nueva etapa de entrevistas. Este vez, Yamil Rodríguez Vigueras, autor de La estrella oscura, ha tenido la gentileza de responder a nuestras preguntas tras la publicación de su primera novela en solitario con nuestra editorial.
En este espacio, pretendemos acercar a nuestros autores a sus lectores y que estos conozcan, un poco más, cómo se ha gestado el libro y algún detalle sobre los inicios en lo que a escritura se refiere. ¡Esperamos que os guste!
¿Cuándo te diste cuenta de que te gustaba escribir?
Siempre me ha gustado inventar historias desde que tengo memoria, así que desde niño me recuerdo jugando solo o con mis amigos en los mundos que imaginaba. La primera vez que decidí poner una historia sobre papel fue a los nueve años. Era el único niño del colegio que no daba clases de Religión y allí aún no existía la asignatura de Alternativa, así que me sentaba al final del aula a escribir durante esa hora. Ese cuento apenas tendría unas treinta o cuarenta páginas escritas a mano en un cuaderno y estaba lleno de faltas de ortografía, pero a mi tutor le entusiasmó tanto que llamó a mis padres para pedirles que me animaran a seguir escribiendo.
¿Cuánto tiempo has tardado en escribir La estrella oscura?
Unos tres años. Empecé a pensar en la historia en 2007, cuando estaba en primero de la ESO. El primer borrador lo terminé en 2010, pero no fue hasta el año pasado que le di los últimos retoques, cuando recuperé el archivo del manuscrito -que yo ya daba por perdido-, gracias a una amiga que lo tenía guardado desde bachiller y me convenció de que intentara publicarlo.
¿Cómo surgió la idea de la historia?
Desde que era muy pequeño me apasionaban los vampiros y no entendía por qué siempre los pintaban, de alguna manera, como los villanos de la historia. Quería hacer un protagonista que por una parte encajara en muchos de los estereotipos del vampiro, pero cuya personalidad se alejara de lo que se podía esperar de uno, agregándoles también nuevas habilidades y normas de cosecha propia.
¿Podrían leer el libro los niños?
Depende del niño en cuestión y de los hábitos de lectura que tenga. No hay nada en la novela que sea inapropiado para un niño (lenguaje, violencia explícita o escenas subidas de tono). Yo siempre la recomiendo de doce años en adelante, quizás porque el sentido del humor de la protagonista tira mucho de el sarcasmo y la ironía, pero es totalmente adecuada y asequible para un niño de diez u once que esté acostumbrado a leer libros un poco más largos. Por otro lado, aunque los lectores potenciales sean adolescentes no significa que un adulto no pueda disfrutar de ella.
¿Esta novela es la que te hubiera gustado leer en algún momento?
Por supuesto. Creo que cuando una persona empieza a escribir, sobre todo si no tiene en ese momento intención de publicar, nunca lo hace pensando en el lector potencial, sino en sí misma. Con quince años yo solo deseaba escribir una historia que a mi yo adolescente y a mi propio círculo de amigos le habría gustado leer.
¿Alguna fuente de inspiración?
Al haber pasado tanto tiempo, es cierto que nada tienen que ver los libros que suelo leer ahora con los que pudieron haberme influenciado cuando escribí La estrella oscura. Estoy convencido de que la idea del »vampiro bueno» vino de El pequeño vampiro de Angela Sommer-Bodenburg, el humor característico de Derek Landi, la estética dark de Tonya Hurley y el uso del narrador múltiple de Jonathan Stroud. Quizás fuera leer su saga El amuleto de Samarkanda, lo que más me animara a escribir una novela larga.
Ahora he abandonado un poco la literatura fantástica, y suelo leer más a lo clásicos o a autores contemporáneos en la línea del realismo, surrealismo o realismo mágico.
¿Alguna manía a la hora de escribir?
Para poder escribir necesito antes tener mucho tiempo a solas para pensar: dar largos paseos, escuchar música que me conecte con la historia y vivir todos los días, aunque sea un rato, en mi mundo. No tengo ninguna manía en cuanto al espacio, puedo escribir en cualquier sitio si tengo claro lo que quiero escribir.
Cuéntanos algo sobre Cassandra, la protagonista
Cassandra tiene una personalidad difícil: una seguridad en sí misma que roza el egocentrismo y un carácter muy poco amigable (es desconfiada, orgullosa y sarcástica). Al principio temía que no les cayera bien a los lectores por todas estas cosas. Por suerte, parece que sus cualidades positivas (juro que las tiene) y su carisma hacen que se le perdonen sus defectos, que a fin de cuentas, la hacen más humana.
¿Qué te hizo decidirte por Avant?
Me generó confianza su transparencia, la manera tan clara y directa de explicar el funcionamiento de la editorial, frente a otras propuestas editoriales en las que intentan enmascarar la realidad de los procesos o hacer promesas que saben que no van a poder cumplir. Además, ofrece a los autores mucha libertad creativa con las garantías de profesionalidad que no te daría nunca una autoedición.
¿Por qué leer tu libro y por qué es diferente?
Es difícil decir qué es lo que más te gusta de un libro, mucho más cuando lo has escrito tú. En mi opinión, el punto más fuerte de La estrella oscura está en los dos protagonistas y la dinámica que hay entre ellos. Cassandra y Alex parecen polos opuestos, y al ir cambiando de perspectiva con cada capítulo, el lector tiene la oportunidad de conectar y empatizar con los dos mientras los acompaña de cerca en una improvisada aventura por medio mundo.
Aunque se trata de una novela juvenil de fantasía y cuenta con muchos factores propios del género, creo que se distancia mucho de la mayoría de las historias de vampiros que conozco. Desde el escenario inicial: Triana, el último sitio donde esperarías encontrar un vampiro, hasta el tono distendido y cómico que lleva a situaciones absurdas o a que los supuestos villanos a veces dan más risa que miedo.
La novela la podéis adquirir en la tienda de nuestro sitio web, tan solo dando clic en el libro que aparece justo abajo.
La estrella oscura, Yamil Rodríguez Vigueras
Cassandra es una adolescente normal. Bueno, normal para ser un vampiro. Pero su apacible vida da un giro inesperado el día que se ve obligada a abandonar su lúgubre castillo en Rumanía para integrarse en un instituto humano del barrio sevillano de Triana.
Cuando cree que la cosa ya no puede ser peor, sus padres desaparecen misteriosamente y debe emprender un viaje en busca de un poderoso objeto mágico con la indeseada compañía de Alex, su extraño compañero de clase, que no parece tenerle ningún miedo.
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