Título: La última palabra. Travesía hacia lo desconocido
Autor: JuanFran G. Molina
Comentario literario
«En un futuro donde el tiempo se desdibuja y la soledad del espacio pesa más que las estrellas, Eva descubre que la verdadera exploración comienza dentro de uno mismo».
La Última Palabra es una cautivadora novela de ciencia ficción que nos transporta a un futuro distópico, donde la humanidad ha alcanzado un nivel tecnológico que permite explorar más allá de nuestro sistema solar.
JuanFran G. Molina nos presenta a Eva, una ingeniera valiente y decidida, seleccionada para liderar una misión hacia el sistema estelar Alfa-Centauro a bordo de la nave Tempo8. La historia no solo narra su travesía espacial, sino que también se adentra en las complejidades del tiempo, el aislamiento y la lucha por la supervivencia.
La prosa del autor es rica en descripciones y conceptos científicos, lo que permite al lector sumergirse en un mundo donde la ciencia y la emoción se entrelazan de manera magistral. Eva es un personaje bien desarrollado que enfrenta desafíos internos y externos, lo que la convierte en una figura con la que muchos lectores pueden identificarse.
La obra invita a la reflexión sobre el impacto humano en el medio ambiente y los dilemas éticos de los avances tecnológicos, añadiendo una capa de profundidad a la trama. Además, los diálogos, impregnados de referencias culturales y filosóficas, enriquecen la narrativa y hacen que los lectores se cuestionen su propia existencia y la dirección que está tomando la humanidad.
La Última Palabra es una obra que combina aventura, emoción y una crítica social profunda, dejando una huella perdurable en la mente de quienes se atrevan a embarcarse en esta travesía hacia lo desconocido. Es, sin duda, una lectura imprescindible para los amantes de la ciencia ficción y para aquellos que buscan una historia que resuene más allá de las estrellas.
En un futuro donde el tiempo y la distancia se desvanecen, Eva emprende un viaje hacia lo desconocido, enfrentándose a la soledad del espacio y a las profundidades de su propia humanidad.
Alquinta