Descubriendo a Virginia Garzón de Albiol la autora de «Queridísima Juana»
En una entrevista íntima y cercana la escritora Virginia Garzón de Albiol nos devela las características y curiosidades de su primera novela «Queridísima Juana».
Avant Editorial: Queridísima Juana es una novela epistolar llena de cotidianidad, las cartas son como esos espacios repletos de intimidad que compartimos con uno mismo y a la vez con el destinatario ¿Qué hizo que te decantaras por ese género para escribir tu novela?
Virginia: Siempre me gustaron las cartas, escribirlas y recibirlas. Me marché de España a los 11 años y no regresé hasta los 18. Las cartas se convirtieron en el medio de mantenerme en contacto con amistades y familia, de conservar un pedacito de aquel mundo que había dejado atrás y compartir parte del que estaba conociendo.
Cuando empecé a escribir los primeros capítulos de Queridísima Juana en seguida vi que el formato con el que me sentía más cómoda era precisamente el que tanto había practicado, el más íntimo y cercano. Solo así podría transmitir todo lo que sentía la necesidad de decir. Y, al mismo tiempo, rendir homenaje a una manera de comunicarnos prácticamente desaparecida con las nuevas tecnologías e Internet.
A.E: Las protagonistas son muy diferentes, su forma de escribir a Juana las delata al inicio de cada capítulo (carta) ¿te inspiraste en personas reales para construirlas?
V: Creo que inevitablemente vamos quedándonos con pedacitos de cada persona con la que compartimos parte del camino de la vida. Expresiones, gestos, aficiones, manías, tics. Sin casi darnos cuenta guardamos algunas de las características de nuestras amistades, del mismo modo que éstas se quedarán con pedacitos nuestros.
Con esto quiero decir que no me he inspirado en nadie en concreto, sino que las protagonistas surgen de facetas de mi personalidad llevadas al extremo. Podríamos decir que son maxi yos 😉
A.E: Hablemos un poco más de cada una de ellas, Maya es una mujer muy idealista, defiende a capa y espada sus convicciones, incluso poniendo en riesgo su vida. A través de sus palabras describes causas muy particulares, que nos atañen a todos, como el cuidado del medio ambiente, la ecología y la defensa animal ¿Conoces a mucha gente con ese nivel de compromiso y coherencia, con esa fuerza para luchar?
V.: Desgraciadamente no. Y es algo que ni entiendo ni acepto. Ha quedado demostrado que el ser humano es el responsable de destrozar el medio ambiente y de conseguir la extinción de muchas especies de animales. Ha roto el equilibrio y estamos sufriendo claramente las consecuencias. El cambio climático no es ninguna broma. Que en pleno mes de enero se alcancen más de 20 grados en Barcelona, no es para nada motivo de alegría ni de festejos en la playa.
Si ya no es por respeto a nuestros vecinos del planeta, con los que compartimos hábitat, al menos deberíamos preocuparnos por el futuro de nuestra gente. ¿Qué sentido tiene traer hijos a este mundo si no hacemos nada por conservarlo?
A.E.: Manuela aporta una dosis de frescura que muchas veces roza lo esperpéntico. El sentido del humor, incluso en situaciones muy dramáticas, parece que salva cualquier atisbo de decadencia. Pero entre la ironía y la ingenuidad las palabras de Manuela también nos traen reflexiones muy duras e importantes acerca del mundo en el que vivimos, ¿crees que la voz de Manuela, desde su sorpresa ante muchas situaciones, nos refleja una parte de nuestra sociedad con falta de conciencia? Háblanos un poco más de este personaje.
V: Manuela fue la primera protagonista que nació. Mucho antes que las demás. Surgió en un momento personal muy duro en el que hallaba fuerzas exagerando algunas situaciones surrealistas. Pero es que la realidad supera con creces la ficción. En su personaje volqué esa necesidad de defender el humor aunque a veces la vida nos golpee e incluso nos tire al suelo. Es esa voz que se levanta dolorida, con una sonrisa en los labios y que incluso es capaz de hacer reír a los demás. Pero es también la voz que refleja el despertar de la conciencia. A través de su propia experiencia con Tomasa, y a través de la influencia de Maya, empieza a ver. Se le cae la venda de los ojos y comparte con el lector esa sorpresa que plantea el darse cuenta de que estábamos ciegos. Y lo hace a su manera, un poco ingenua y siempre divertida.
A.E.: La tercera amiga de Juana, Sofía, nos retrata la soledad, nos lleva a la introspección. Sus cartas son más literarias, no habla tanto desde el presente sino desde la melancolía del pasado. A través de sus letras viajamos a Montevideo y Bruselas y podemos sentir ese sabor agridulce de los que están fuera de su país.
Tú viviste en esos lugares, ¿te sientes dividida? ¿echas de menos aquellos días? ¿qué aprendiste al regresar a España?
V.: En Bruselas viví siete años y acudí muchos más para visitar a mis padres. Al acabar el instituto decidí regresar a mi tierra, la echaba de menos. Y de nuevo sentí el destierro pues echaba de menos a mis padres,a mis amigos del colegio, la lengua francesa, el frío invierno, ¡hasta la lluvia! Ya no pertenecía a ningún lugar. Ni me sentía española o catalana, ni belga. Desde entonces me declaro ciudadana del mundo. Aunque sé que tampoco esto es muy cierto. Soy una ciudadana a caballo entre las ciudades en las que he vivido y sentido. Y esto a veces es duro, sobre todo en momentos como el actual en el que los nacionalismos están tan en auge. Quieren hacerte elegir entre una u otra nacionalidad, pero este binomio no es posible cuando has vivido otras realidades. Como tampoco es realista. Así que pasamos a estar fuera del juego para pasar a formar parte de una realidad paralela, la que hemos aprendido de nuestra experiencia.
A.E.: Ahora que hay tanta gente española fuera de nuestro país ¿Qué le dirías a alguien que está lejos o que esté pensando en irse? ¿Qué le aconsejaría Sofia?
V.: Marcharse de tu país no es fácil. Tienes que adaptarte a otras realidades, culturas, idiomas. Si decides marcharte, tendrás que aceptar que habrá malos momentos, duros, en los que dudarás de haber tomado la decisión correcta y la nostalgia se colará muchas veces en tu estado de ánimo. Pero todo camino tiene sentido. Aunque no seas capaz de verlo entonces, de entenderlo siquiera, con el paso del tiempo estoy segura de que lo encontrarás.
Es distinto según la edad a la que te marches. Si eres una persona adulta que decide libremente, estoy segura de que aunque haya momentos duros, en los que no salgan las cosas como pensabas, o en los que extrañes a los tuyos, asumirás tu decisión o en caso contrario volverás a tu país y continuarás adelante. Ahora bien, si marchas con hijos pequeños, o adolescentes, tienes que asumir que la adaptación no siempre es fácil.
A.E.: Sofía, como no podía ser otra, también nos acerca a la muerte. Desde sus cartas sentimos su dolor y tristeza y vivimos el duelo por perder a alguien cercano por el cáncer. La enfermedad, la muerte y el dolor ¿siguen siendo temas tabú en nuestra sociedad o ya lo vamos superando?
V.: Pienso que del cáncer se habla cada vez más. Lo padece una de cada tres personas, lo que ha favorecido que se hable más del tema. ¿Quién no conoce hoy en día a alguien que padezca dicha enfermedad? Es triste, pero es así. Sin embargo, sí creo que nuestra sociedad no acepta la enfermedad ni la muerte. Y es curioso, porque lo único que es cierto en esta vida es que un día moriremos. En el colegio deberían enseñarnos cómo enfrentarnos a la muerte. Cómo superarla. Cómo manejar el dolor, la pena, la impotencia, incluso la rabia. Y no lo hacen. Como tampoco enseñan a aceptar la tristeza. Parece que si estás triste molestas. Si tu dolor dura y dura, aburres. Y te ves obligada a disimular, a ocultarte. Cuando no debería ser así.
A.E.: De Juana sabemos muy poco, apenas nos das algunas pinceladas cuando alguna de sus amigas la describe en sus cartas pero son suficientes para saber que es una mujer dura que ha sufrido mucho ¿Qué le diría Juana a las mujeres que, sin llegar al maltrato físico, se han visto envueltas en una relación de sumisión e infelicidad con un hombre?
V.: Con un hombre o con una mujer, porque desgraciadamente el maltrato psicológico no entiende de géneros. Le diría que intente huir y, si no es capaz, que busque ayuda antes de que sea demasiado tarde. No hay que permitir que nos bajen la autoestima de tal modo que no seamos capaces de vislumbrar ninguna salida. Del mismo modo que bajamos el fuego de la cocina cuando el agua que hervía empieza a desbordar la cazuela, o que apartamos la mano cuando una zarza nos pincha, debemos ser capaces de reaccionar a los ataques a nuestro corazón, a nuestra autoestima. Corred, corred antes de que sea demasiado tarde.
A.E.: Tomasa o Asha, es de alguna forma protagonista también, la perrita de Juana que se queda a cargo de Manuela nos trae pasajes divertidisimos. Muchas de las cartas se desarrollan contando anécdotas con animales, en escenarios que hablan de naturaleza o describiendo alguna característica del mundo animal. Es evidente que es importante para ti ¿desde cuando esa pasión? ¿Cómo es ese amor incondicional?
V.: Adoro a los animales. Me encantan. Desde pequeña. Pero no fue hasta tener a mi primer perro, Barny, que se convirtió en auténtica pasión. Fue a mis 22 años, un regalo de cumpleaños que llevaba esperando desde los siete. Barny fue para mi un ángel peludo y se convirtió en mi mejor amigo. Prefería estar con él a con mucha gente. Los perros son tan generosos, tan cariñosos. Y divertidos, me reía mucho con él. Cuando partió se me partió el corazón. Lo pasé muy mal. Antes de que partiera me tatué su nombre en el brazo, para tenerlo siempre conmigo. Alguna gente se escandalizó, ¡el nombre de un perro!. No señores, ¡el nombre de mi mejor amigo! Con el tiempo me rendí a la evidencia: ya no contemplaba la vida sin un peludo. Así que luego vino Llum, y ahora Trufa. También vivo con una gata, Betty, que ha convivido con los tres y que me hizo cambiar el concepto felino. Ni son fríos ni agresivos. Simplemente no te dan cariño de entrada, te lo tienes que ganar.
A.E.: Has decidido donar el 50% de los beneficios de tu libro a una ONG que cuida de los animales ¿por qué ésta y no cualquier otra? Háblanos de Igualdad Animal
V.: Afortunadamente son muchas las organizaciones y las personas con las que cuenta el movimiento animalista en nuestro país.
Igualdad Animal es una organización animalista que tiene larga experiencia en sensibilizar, informar y concienciar a la gente sobre los derechos de los animales. La descubrí a través de unas fotos de un acto que organizaron en Madrid contra las corridas de toros: por el duelo había un montón de personas desnudas con flechas clavadas en el cuerpo y sangrando. La escena me impactó y me hice socia en el acto. Es una organización valiente, imaginativa, original. Mete el dedo en la llaga con un estilo propio y consigue que abramos los ojos, que descubramos que hay detrás de la comida con la que nos alimentamos, que reaccionemos y hace todo lo posible por facilitar el paso a la dieta vegana.
A.E.: En tu novela se muestra una versión de la amistad muy profunda, pues las amigas de Juana son su familia y la salvan de un episodio muy dramático. A la vez comparten una intimidad muy fresca, sin remilgos, se percibe mucha aceptación real. Cada una le escribe desde sus manías y «locuras». Todo ello se baña con dos ingredientes fundamentales el sentido del humor y el amor ¿crees que son imprescindibles para una vida feliz? ¿Qué más necesitamos?
V.: Desde luego, lo son. Como también el respeto y la empatía. Creo que esos son los cuatro ingredientes fundamentales. Si falta uno de ellos con el tiempo la amistad se resentirá. Son cosas que he ido aprendiendo con el tiempo, a través de mi experiencia personal, de metidas de pata propias, de grandes decepciones también y de bellas sorpresas.
A.E.: Entre las cartas de las amigas aparecen citas a libros y personajes que han sido importantes para las tres ¿lo han sido también para ti? Cuéntanos quienes te inspiraron a la hora de escribir
V.: Efectivamente son libros que me han marcado y que he sentido la necesidad de compartir. Cuando un libro me seduce, suelo regalarlo a mis amigas más cercanas (siempre y cuando les guste leer). Con la novela he dado un paso más: darles un empujoncito a ver si más gente se anima a descubrirlos.
Respecto a qué escritores me han influido, ¡son tantos! Destacaría a J.J. Benítez, Mario Benedetti, Rosa Montero, Eduardo Galeano, Kirmen Uribe y Lucía Etxebarría.
A.E.: Más allá de la escritura ¿Crees que hay personas que nos inspiran a la hora de llevar una vida u otra, que nos ayudan a definir quienes queremos ser? ¿Qué personas han influido en tu vida?
V.: Por supuesto, es lo que decía antes. Somos todos ladrones de pedacitos de los demás. Y hay personas que nos han marcado profundamente. En mi caso fueron mi padre y mi madre. Ambos comprometidos hasta la médula con su profesión, primero en la universidad y luego en la entonces llamada Comunidad Económica Europea. Ellos abrieron mi mente a otras realidades y con su ejemplo me enseñaron el significado del compromiso en la construcción de un mundo mejor.
Por lo que respecta a mi compromiso con el movimiento animal, nació con Barny y desde entonces no ha dejado de crecer. Ahora bien, debo confesar que aunque mi dieta es cada vez más vegetariana todavía tengo que mejorar bastante…
A.E.: Y para terminar, cuéntanos algo que te haya sorprendido desde que decidiste publicar tu libro. Algo que hayas vivido o sentido desde el instante en que tuviste en tus manos tu primer ejemplar.
V.: Me ha sorprendido el cariño con el que han recibido la novela personas que no conocía. Me ha emocionado, y mucho. Ha sido un regalo que no esperaba. Estoy hablando de los tres ángeles que conforman Avant Editorial (Ezequiel, Ángela y Ángela) y Eva Tabah.
Eva Tabah (coach) hizo una recomendación preciosa del libro en el programa ‘La Trufa’ de InOutRadio, cuando no me conoce de nada…y yo cuando la escuché me eché a llorar de puro agradecimiento, me pareció el mejor regalo de lanzamiento.
Sé que habrá gente que no leerá Queridísima Juana, o que lo haga y no le guste. Pero poco importa eso cuando sé que hay otras personas a las que ha cautivado y que la están defendiendo a capa y espada. Y eso, eso es un regalo.