El primer recuerdo de mi infancia fue un acto atroz, narrado en el capítulo uno de esta novela, y en el transcurrir de mi vida se fueron sumando las infamias. Soy migrante, periodista, nacida en los violentos años ochenta en la ciudad de Medellín; en 2020 fracturé mi columna, luego atravesé un cáncer, pero los dolores físicos y la radioterapia no se igualan al sentimiento agónico generado por el abuso. A pesar de eso considero que soy una de las afortunadas y veo siempre el lado alegre de la vida.
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