La menor de cuatro hermanas creció en el campo junto a ellas. Desde muy pequeña sintió pasión por la lectura, y animada siempre por su padre, aprendió a leer a muy corta edad. Al finalizar EGB ayudó a su familia en el duro trabajo del campo, aunque sin abandonar nunca el hábito de la lectura, conociendo así a grandes autores como William Shakespeare, Homero, Lope de Vega y Juan Ramón Jiménez, García Lorca o Machado; leía a todos y todo lo que alcanzaba a comprar, sin olvidar los cuentos infantiles clásicos de H.C. Andersen o los hermanos Grimm. Al paso de los años su nombre cambió y pasó a llamarse “Abu Toñi”.
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