Más conocido como Manu, tiene una trayectoria literaria que se desmarca de lo convencional. A pesar de contar con una vasta obra escrita a mano en folios con bolígrafo, no se jacta de un currículum tradicional. Tras jubilarse, intentó digitalizar sus trabajos, pero se vio absorbido por la redacción de un detallado diario sobre el covid, que abarca más de dos mil páginas. Además de su prolífica producción, Manu ha enviado escritos en «fala», una variante del Bable, a diversos concursos. Su obra «Riqui en el jardín de los abandonados» destaca como su primer trabajo en castellano.
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